La compañía ha sido acusada de discriminar por sexo en los salarios de sus empleados por la justicia estadounidense

El mes pasado, la Oficina de Cumplimiento de Contratos Federales de EEUU (OFCCP) acusó a Google de discriminar por sexo con los sueldos de sus trabajadores. Es algo que la compañía ha negado y queintentaron desmentir publicando el sistema por el que escogen a sus empleados.

El organismo federal que lleva la acusación, sin embargo, no considera que esto sea suficiente y continuó con los trámites de la denuncia. Según informa The guardian, Google se defendió en una corte federal el pasado viernes y argumentó algo sorprendente: investigar estos cargos sería todo un reto logístico que además entrañaría una carga financiera muy elevada para la compañía.

Según declaró Lisa Barnett Sween, la abogada de Google, habría que invertir 500 horas de trabajo y más de 100.000 dólares para llevar a cabo estas investigaciones y para poder suministrar a la agencia gubernamental los informes que se exigen.

El intercambio de declaraciones entre el gobierno y Google fue bastante tenso en corte, hasta el punto de que el abogado del estado Ian Eliasoph se burló de la argumentación de la compañía alegando que «Google podría absorber la costa con tanta facilidad como una esponja seca podría absorber una gota de agua». En otras palabras, que el dinero no sería un problema para una empresa que en 2016 ingresó más de 28.000 millones de dólares.

El problema de fondo tras esta sesión es muy complejo. Más allá de la cultura que se ha asentado en Silicon Valley, y que múltiples estudios indican que no es igualitaria y que promueve el sexismo y el racismo entre las grandes empresas del sector tecnológico; también hay que tener en cuenta la posición que ocupan las empleadas en dichas compañías, pues la situación a la que se enfrenta una directiva, una ingeniera o una relaciones públicas no es la misma.

Una de las declaraciones más relevantes en lo que respecta al caso de Google viene de Frank Wagner, el director de compensaciones de la compañía. Wagner admitió que, en caso de que una mujer cobre menos que un hombre en la misma posición, esa disparidad en los salarios podría persistir incluso si tienen el mismo rendimiento. Es más, si una mujer empieza cobrando menos en un mismo puesto, esa brecha se mantendría incluso si la mujer y el hombre ascienden de categoría. Aún así, Wagner consideró que, con el tiempo, se igualarían los sueldos.

Google arriesga con esta disputa su posición de privilegio a la hora de conseguir contratos con el gobierno, algo que ha sido especialmente lucrativo para la empresa. Eliasoph consideró que «Google no puede declarar que no tiene dinero para ponerse al día con una agencia federal que busca asegurar el cumplimiento de las leyes de igualdad de oportuniodades».

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