Se parecen demasiado el Surface Pro y el Surface Laptop

Microsoft ha anunciado dos productos con un diseño y unas prestaciones impecables, ¿pero no son demasiado parecidos?

Es innegable que Microsoft ha lanzado unos dispositivos sorprendentes a nivel de diseño y de prestaciones en los últimos años. Aunque los primeros Surface no fueran tan buenos como se esperaba, el Surface Pro 4 perfeccionó la fórmula de los 2 en 1 y dio el pistoletazo de salida a una generación de muy buenos imitadores.

Después, llegaron el Surface Book, un portátil convertible bastante potente; luego el Surface Studio, un todo en uno que no tiene nada que envidiarla el iMac (más bien al revés); y el Surface Laptop, un portátil más al uso que busca competir tanto con el Macbook Air como con los Chromebook de Google con ayuda de Windows 10 S, una nueva versión del sistema operativo algo más limitada.

El Surface Laptop es el último producto en nacer y se lanzará el día 15 de junio, justo a la vez que la renovación del Surface Pro, que pierde su número y gana procesadores de séptima generación de Intel, más batería y un lápiz mejor. Esto último, sin embargo, ¿no es un poco extraño? ¿Se está haciendo la competencia a sí mismo con estos dos lanzamientos simultáneos?

Ambos integran la última generación de procesadores de Intel, con potencia similar. También pueden sumar la misma RAM, tienen casi los mismos puertos (el Surface Pro tiene un lector de tarjetas extra), sus pantallas están a la par (aunque la del Laptop es algo más grande) y, según Microsoft, la batería dura más o menos lo mismo: 14,5 horas en el Laptop frente a 13,5 en el Surface Pro.

Elegir entre uno u otro es algo complicado por todo ello. Mientras que el Laptop tiene el teclado incluido y dentro de la carcasa, el Surface Pro lo vende por separado y se quita y se pone, pues en espíritu, sigue siendo un tablet. Sin embargo, en ambos se puede usar el Surface Pencil para dibujar y marcar y ambos pueden funcionar a las mil maravillas como ordenadores para trabajar en cualquier parte porque son potentísimos.

El precio no dista demasiado entre uno y otro. Los dos son caros, por encima de los 1.000 euros siempre. Aunque al Surface Pro hay que sumarle el precio del teclado y el lápiz (ahora se vende por separado), a cambio tiene otras ventajas, como el modo tablet o la mayor resolución y densidad de píxeles en la pantalla.

Por parecerse, ambos tienen incluso los mismos defectos: ¿por qué no ha incluido Microsoft un puerto USB 3.1 de tipo C en ninguno de ellos? Aunque actualmente no sean tan populares como los USB A de toda la vida, eso cambiará más pronto que tarde, dejando a ambos dispositivos algo anticuados en cuanto a puertos.

Por cada aspecto en el que el Surface Laptop es ligeramente mejor (batería, tamaño de pantalla), también hay otros elementos en los que el Surface Pro puede ser una opción mejor (formato 2 en 1, mejor pantalla, mayor compatibilidad con el lápiz). ¿Ha cometido Microsoft un error al hacer dos ordenadores de lujo tan parecidos en lugar de distanciarlos algo más entre sí para llamar a distintos públicos?

Aún quedan unas semanas para el lanzamiento de ambos dispositivos y, a falta de probarlos, la sensación es esa: prometen mucho y se parecen también mucho. Esto no es algo malo, sin embargo. Tanto el Surface Laptop como el nuevo Surface Pro son productos muy prometedores, con un diseño exquisito y que demuestran que se cambio en la forma de hacer las cosas en Microsoft que se ha venido formando desde el nombramiento de Satya Nadella está dando sus frutos.

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