Aymee Nuviola y Rey Ruiz se unieron por primera vez “a lo grande” en la capital dominicana. Los cantantes protagonizaron un concierto sinfónico poco frecuente en la escena local. Bajo la dirección orquestal del dominicano Amaury Sánchez, los cubanos compartieron anteanoche lo mejor de sus respectivos repertorios en la Sala Carlos Piantini del Teatro Nacional Eduardo Brito.

El concierto, titulado “A lo grande”, combinó a dos artistas que con su música, sus talentos y los diálogos entre una y otra canción lograron cautivar la atención del público.

El espectáculo, que agotó un tiempo aproximado de dos horas, se caracterizó por la química entre los artistas, donde cada situación que podría estar fuera de guion fue aprovechada para animar la velada con ocurrencias y bromas.

El telón subió y la orquesta sinfónica comenzó a tocar. Después del primer número salió Aymee por la izquierda y Rey por la derecha interpretando “Algo más que amigos”, tema que inició la combinada intimidad entre ellos, lo que revelaba cierta confianza y conocimiento del uno al otro.

Los primeros temas que continuaron de forma individual y a dúo fueron “Dos gardenias”, “Luna negra”, “Si te preguntan”. Entre un tema y otro no desaprovechaban la oportunidad y se comportaban de forma pícara, con comentarios jocosos que en ocasiones tenían doble sentido.

De Celia Cruz
“Bemba colorá” fue el tema que continuó el repertorio. Aymee pidió al público ponerse de pie y estos con aplausos accedieron. Fue seguida por “Me equivoqué”, interpretación que hicieron en pareja.

Violines, bajos, guitarras, violonchelos, saxofones, trompetas y otros instrumentos hacían posible que las interpretaciones de “La sonera del mundo” y de Rey fueran hermosas; además, para completar la velada agregaron un piano que tocó la cubana para cantar el tema escrito por ella y que aparece en los álbumes de ambos “Nada es para ti”.

Después de esto la sonera tomó un momento para agradecer a Jochy Santos, a la banda y a Amaury Sánchez, mientras Rey aprovechó para felicitar a su madre que estaba en el público, obsequiándole un ramo de flores y un abrazo.

“LÁGRIMAS NEGRAS”
Repertorio. Entre los temas elegidos figuró el clásico “Lágrimas negras”, el inmortal son-bolero de 1929, del cubano Miguel Matamoros (1894-1971). También se incluyó “No me acostumbro”, “El espacio”, “Mi media mitad” y “La tierra del olvido” fueron otras de las interpretaciones de la noche. A petición de una señora que se acercó al escenario la sonera cantó sin tener la compañía de la banda “Machete cubano”, número que la gente que estaba en el teatro siguió a capela. “Como abeja al panal” (del dominicano Juan Luis Guerra) fue la canción que eligió la artista para un mayor acercamiento con los asistentes del país. Para cerrar el concierto lo hizo con el merengue “El guabá”.

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