Vivimos rodeados de pantallas y luces azules que hacen que nuestros ojos se cansen con facilidad, generando una gran fatiga visual. Después de horas en el ordenador o en el teléfono es normal sentir los ojos secos y pesados. En estos casos, practicar el palming puede ayudarte a recuperar tu bienestar visual en pocos minutos.
Esta técnica derivada del yoga ocular tiene grandes beneficios cuando se emplea de manera adecuada. No se trata solo de taparte los ojos por un par de minutos, también debes prestar atención a tu respiración y entrar en un estado de relajación profunda. Te explicamos cómo realizar la técnica del palming.
Qué es el palming y por qué reduce la fatiga visual
El palming es uno de los ejercicios de relajación más efectivos para calmar los ojos y mejorar la visión. Consiste en generar calor con las palmas de las manos y luego cubrir ambos ojos con delicadeza, con el fin de crear un espacio oscuro y cálido que favorezca la relajación ocular y la lubricación natural.
El palming permite que tus ojos descansen de la luz artificial, ya que la oscuridad total hace que los músculos oculares se relajen por completo. De igual manera, el calor de las manos combinado con la respiración profunda nos brinda unos minutos de calma y alivian la irritación de los ojos por estar frente a pantallas por mucho tiempo.
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Cómo hacer palming en tres minutos
Si trabajas varias horas al día en tu computador o sueles pasar mucho tiempo en el teléfono, pon en práctica la técnica del palming para evitar el dolor de cabeza latente derivado del exceso de pantallas. Puedes realizar este ejercicio desde tu lugar de trabajo o en la comodidad de tu hogar, solo basta seguir la técnica correcta.
- Lava tus manos: antes de comenzar con el ejercicio, lava tus manos con jabón y sécalas bien para evitar infecciones o irritaciones oculares.
- Busca un lugar tranquilo: siéntate en una posición cómoda, con los codos apoyados en una mesa o tus rodillas, respira profundo y relájate.
- Frota las palmas de tus manos: hazlo durante algunos segundos para calentarlas, este calor es el que te ayudará a relajar tus ojos.
- Cierra los ojos y cúbrelos con suavidad: forma un cuenco con tus manos y ponlas sobre tus ojos sin presionar. La idea es que no entre luz.
- Respira profundo y libera la tensión: practica la respiración profunda. Inhala por la nariz y exhala por la boca dándote el tiempo para disfrutar del presente.
- Mantén la posición durante tres minutos: deja que tu cuerpo, mente y visión se relajen por completo, liberando la tensión acumulada.
- Abre despacio los ojos: luego de los tres o cinco minutos que dediques al palming, abre tus ojos y parpadea varias veces antes de volver a la pantalla.
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¿Cómo integrar la técnica del palming en tu rutina?
A diferencia de otros ejercicios de relajación que requieren de más tiempo para realizarse, el palming puede hacerse desde cualquier lugar y momento del día. Solo necesitas tres minutos libres y tus manos limpias.
Puedes practicarlo durante una pausa en el trabajo, luego de ver televisión, antes de dormir o cuando sientas los ojos cansados. Ese espacio de oscuridad y calma es suficiente para que tu vista se recupere.
El palming puede ser un buen complemento de la famosa regla 20-20-20, que consiste en que cada 20 minutos apartes la vista de la pantalla y observes algo a 6 metros de distancia durante 20 segundos.
Al realizar este ejercicio de relajación ocular todos los días, creas un minirritual de bienestar que te ayuda a mejorar la visión, fomentar la concentración y calmar la mente. Eso sí, es necesario ser realista, la técnica del palming no sustituye una revisión oftalmológica ni corrige defectos visuales, pero sí puede darles a tus ojos y a ti el descanso que se merecen.
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