Fitbit Alta HR no tiene ninguna gran novedad, pero sigue haciéndote sentir bien por andar 10.000 pasos al día

No es una sustituta de la Charge 2, a pesasr de incluir algunas novedades y tener un diseño más estilizado y cómodo

Las Fitbit, casi como el iPhone, son el referente de un tipo de dispositivo. En este caso, de las pulseras que monitorizan pulsaciones y pasos. Ahora bien, a diferencia del teléfono de Apple, todavía no está claro si estas pulseras tiene una utilidad real y si va más allá de ser un mero adorno en la muñeca.

¿Quién quiere que le midan las pulsaciones y los pasos, que le avisen de que tiene que mover el culo porque lleva una hora sentado delante del ordenador de trabajo o que ha ganado peso desde la última vez que introdujo en la app que acompaña al cacharro lo que la báscula ponía? Curiosamente, o no tan curiosamente, bastantes personas viven con todo esto en mente y agradecen la ‘extorsión’ de las Fitbit.

En mi experiencia de un mes con el nuevo modelo de la marca, la Fitbit Alta HR, he aprendido a valorar esta actitud del dispositivo y me he acabado rindiendo a sus avisos. Me levanto esos cinco minutos siempre que el periodismo no apremia, miro que he hecho mis 10.000 pasos diarios (la meta por defecto) y intento apuntar información en la aplicación en cuestión.

No sé si me habría implicado tanto de no tener que escribir sobre el dispositivo más adelante, pero lo he hecho y no me ha resultado tan estúpido como en un primer momento valoré que sería. Los prejuicios en torno a estas pulseras son, después de todo, prejuicios. La utilidad es evidente al poco de usarla: la gratificación por cumplir objetivos, más allá de los supuestos beneficios para la salud, está ahí. Es como comerse un caramelito, pero sin sentirse culpable por ello. Lo contrario.

La Alta HR no es un modelo intermedio entre las otras dos pulseras más actuales de la marca. La Charge 2 tiene más funciones centradas en el deporte y una pantalla más grande, mientras que la Flex 2 es más básica y no tiene ni pantalla, pero puede seguir siendo útil y es mucho más asequible.

Este modelo cuesta casi lo mismo que la Charge 2 pese a tener una pantalla fina y no estar centrada en el deporte, pero a cambio tiene el resto de funciones de seguimiento, el cálculo de pulsaciones (que no estaba en el anterior modelo) y una nueva opción de monitorización del sueño.

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