Entre su nuevo teclado mecánico ‘Alloy’ y el ratón ‘Pulsefire’, la marca busca un hueco en un mercado al alza

Las marcas de gaming lo tienen complicado en España. Aunque hay mercado y cada vez se popularizan más los accesorios llamativos y, lo más importante, caros en torno a los ordenadores y videoconsolas, son las grandes marcas las que están quedándose con la mayoría de consumidores y patrocinadores (mayormente, jugadores de eSports y youtubers).

En este panorama, HyperX parece estar luchando con unos precios más o menos competitivos y unos accesorios de mucha calidad para hacerse un hueco. Otra cosa es si lo conseguirá o si se quedará en la estacada. Tras probar su nuevo teclado y su nuevo ratón, apostaría más por lo primero que por lo segundo.

El Alloy FPS cuesta ya menos de 110 euros en algunas tiendas (su precio oficial es de 125 euros) y sería un teclado impecable de no ser por un detalle: viene adaptado a la distribuición americana del español, no a la española. Esto significa que tiene la Ñ y una tecla de Intro del tamaño al que estamos acostumbrados, pero que algunos símbolos no están en el sitio habitual. Aunque escribiendo aparecerán como si nada, el dibujo en las teclas no está donde debe.

Es un fallo que puede repeler a muchos, pero que en mi uso tras dos semanas no me ha parecido un gran problema, ya sea porque he memorizado las teclas tras años escribiendo a diario o porque me gusta tanto, tanto teclear en él que esta pega ya no me parece tan importante.

Los interruptores del tipo Cherry MX Blue (los más táctiles) suelen ser los que más se recomiendan para jugar a juegos de disparos, algo que la marca promociona con este teclado. Sin embargo, a mí me encanta para escribir porque parece una máquina de escribir. Es parte de la versatilidad que ofrecen los teclados mecánicos: se supone que ofrecen ventajas para jugar a determinados videojuegos, pero en el fondo, lo que ofrecen es una experiencia de tecleo muy superior.

Y en caso de que no te gusten los Cherry MX Blue, también está disponible en MX Brown y MX Red, que tienen un tacto más suave y una respuesta más rápida, respectivamente.

En cuanto al ratón, el Pulsefire FPS, HyperX no ha conseguido un producto tan redondo como con su teclado, pero no por ello hay que despreciarlo. Por 60 euros, se trata de un ratón ligero, con seis teclas, un sensor que se adapta al instante a distintas sensibilidades con pulsar un botón (que cambia de color) y materiales de plástico, pero con un buen tacto.

Personalmente, prefiero ratones que pesan más y que son algo más grandes, pero si te gusta el Deathadder de Blade, por ejemplo, este ratón es similar. No está a la altura del Logitech G502, que no cuesta mucho más (el precio oficial sí es más alto, pero Amazon lo tiene muy rebajado) y es todavía uno de los mejores ratones para jugar que existen en el mercado.

Huelga decir que el diseño de ambos dispositivos es, cuanto menos, cuestionable. El Alloy sí es más discreto y no destaca demasiado dentro de un entorno de trabajo si se apagan los leds rojos brillantes que hay bajo sus teclas y se quitan las ocho teclas rojas y de acabado imitación de metal que incluye para las WASD y los 1234. El ratón, sin embargo, sí es más chillón, con sus leds rojos en la rueda del ratón y bajo el logotipo de la marca en la parte inferior.

Es una de las cuestiones que desmarcan estos accesorios de gaming de otros en el mundo de la informática: tiene un diseño muy llamativo y que llama a los jugadores más que a un profesional que quiera un teclado de calidad o un ratón grande y cómodo. Pero si no te molesta tener un cable rojo o unos brillos raros bajo las manos, son accesorios a tener en cuenta si se quiere trabajar mejor. O jugar en el tiempo libre, claro está.

Share.
Leave A Reply